sábado, 5 de marzo de 2011

Sigo robando y copiando cosas. Mario Benedetti. Regreso de un exilio, fin de una dictadura.


Quiero creer que estoy volviendo

Vuelvo / quiero creer que estoy volviendo
con mi peor y mi mejor historia

conozco este camino de memoria

pero igual me sorprendo


hay tanto siempre que no llega nunca

tanta osadía tanta paz dispersa

tanta luz que era sombra y viceversa

y tanta vida trunca


vuelvo y pido perdón por la tardanza

se debe a que hice muchos borradores

me quedan dos o tres viejos rencores

y sólo una confianza


reparto mi experiencia a domicilio

y cada abrazo es una recompensa

pero me queda / y no siento vergüenza /

nostalgia del exilio


en qué momento consiguió la gente

abrir de nuevo lo que no se olvida

la madriguera linda que es la vida

culpable o inocente


vuelvo y se distribuyen mi jornada

las manos que recobro y las que dejo

vuelvo a tener un rostro en el espejo

y encuentro mi mirada


propios y ajenos vienen en mi ayuda

preguntan las preguntas que uno sueña

cruzo silbando por el santo y seña

y el puente de la duda


me fui menos mortal de lo que vengo

ustedes estuvieron / yo no estuve

por eso en este cielo hay una nube

y es todo lo que tengo


tira y afloja entre lo que se añora

y el fuego propio y la ceniza ajena

y el entusiasmo pobre y la condena

que no nos sirve ahora


vuelvo de buen talante y buena gana

se fueron las arrugas de mi ceño

por fin puedo creer en lo que sueño

estoy en mi ventana


nosotros mantuvimos nuestras voces

ustedes van curando sus heridas

empiezo a comprender las bienvenidas

mejor que los adioses


vuelvo con la esperanza abrumadora

y los fantasmas que llevé conmigo

y el arrabal de todos y el amigo

que estaba y no está ahora


todos estamos rotos pero enteros

diezmados por perdones y resabios

un poco más gastados y más sabios

más viejos y sinceros


vuelvo sin duelo y ha llovido tanto

en mi ausencia en mis calles en mi mundo

que me pierdo en los nombres y confundo

la lluvia con el llanto


vuelvo / quiero creer que estoy volviendo

con mi peor y mi mejor historia

conozco este camino de memoria

pero igual me sorprendo.



Me hago responsable del siguiente robo. Soy Dalai al teclado. Ni Alcohólico ni Nómada son culpables o cómplices o testigos. Copio un poema de César Vallejo, de su etapa menos enigmática o como la quieran llamar. Salud a los visitantes casuales y mal rumbeados. Siempre están a tiempo de escapar.



El pan nuestro

Se bebe el desayuno... Húmeda tierra
de cementerio huele a sangre amada.
Ciudad de invierno... La mordaz cruzada
de una carreta que arrastrar parece
una emoción de ayuno encadenada!

Se quisiera tocar todas las puertas,
y preguntar por no sé quién; y luego
ver a los pobres, y, llorando quedos,
dar pedacitos de pan fresco a todos.
Y saquear a los ricos sus viñedos
con las dos manos santas
que a un golpe de luz
volaron desclavadas de la Cruz!

Pestaña matinal, no os levantéis!
¡El pan nuestro de cada día dánoslo,
Señor...!

Todos mis huesos son ajenos;
yo talvez los robé!
Yo vine a darme lo que acaso estuvo
asignado para otro;
y pienso que, si no hubiera nacido,
otro pobre tomara este café!
Yo soy un mal ladrón... A dónde iré!

Y en esta hora fría, en que la tierra
trasciende a polvo humano y es tan triste,
quisiera yo tocar todas las puertas,
y suplicar a no sé quién, perdón,
y hacerle pedacitos de pan fresco
aquí, en el horno de mi corazón...!


miércoles, 23 de febrero de 2011

Esta entrevista está muy buena también. Prometo que con esto termino con los videos.



lunes, 21 de febrero de 2011

Mientras uno de los integrantes de este blog se dedica a hacer ejercicio corriendo las calles de Montevideo (larailará), compartiré la que, a mi gusto, es la mejor entrevista al poeta Sabina de las publicadas en YouTube. Sí, ya sé, no tengo nada nuevo que sacarle al sol. Sepan disculpar.


















miércoles, 2 de febrero de 2011

Las ganas vuelan lejos, como universidad;
hoy sufro exceso de sábanas por una mitad ausente
y canto en voces apenas, en canto amigos en penas;
espero cantando
labios de mieles que besan ojos de café que lloran.

Sos una mujer de primaveras
que perdió su encanto de frazadas;

no sos una amante enamorada
(tiras el placer a tus poemas)

Las ganas vuelan tontas en universidad
y preguntan por darío

(Te encontré de apuro y me supiste;
luego te escapaste de la vida;
conociste, al cabo, la teoría
de las bendiciones del despiste)

Vi la lágrima perdida sobre la tecla de un piano
¿cuándo la primera risa asomó por tus portones?

Vi a tres mujeres con cabeza de universo
Una de ellas dio la vuelta y dijo:
"mi sexo es tu único camino hacia alguna parte",
"no intentes ponderarme",
"de mis cabellos nacen las flores a las que nunca cantaste".

Otra siguió su rumbo mientras el océano devoraba playas y balnearios
y ella señalaba y definía y destruía y creaba;
sus palabras eran palabras carpinteras

La primera aclaró:
"he aquí quien no quiere decir, quien dice",
"hoy la locura se enamora ya casi de cualquier tonto incapaz de amar",
"te propongo que escuches el silencio, ese derrumbe,
ese estrépito terrible que se esconde entre sus ondas;
desconfía del gallinazo que miente sobre sus plumas"

La tercera, la incendiaria voladora,
quema con sus ojos lo que perdonan los incendios
y quemará para siempre o hasta que nada se expanda ya...
En el suelo arden espinas ponzoñosas
(alimento de poetas que, en románticos delirios,
se pinchan buscando un rojo que sea cercano
al color con el que pintan sus destinos)

Vi la lágrima perdida sobre la tecla de un piano
y, cobarde, por callar,
creo que dije demasiado.

jueves, 20 de enero de 2011

Thursday I don't care about you
It's Friday, I'M IN LIKE




I know you
I know you've seen her
She's a sad tomato
She's three miles of bad road
Walking down the street
Will I never meet her?
She's a real woman-child
Oh, my kiss breath turpentine

I am smitten
I'm the real thing (I'm the real thing)
Have you seen her come around?
My crush with eyeliner

I'm in like
I'm infatuated
It's all too much - the pressure
She's all that I can take
What position should I wear?
Cop an attitude? (you fake her)
How can I convince her? (fake her)
That I'm invented too, yeah

I am smitten
I'm the real thing (I'm the real thing)
We all invent ourselves
And, uh, you know me

Yeah, she's a sad tomato
She's three miles of bad road
She's her own invention (she's her own invention)
That gets me in the throat
What can I make myself be?
Life is strange, yeah (life is strange)
What can I make myself be? (fake her)
To make her mine?

I am smitten
I'll do anything (I'll do anything)
A kiss breath turpentine,
My crush with eyeliner

I am smitten
You know me (yeah, you know me)
I could be your Frankenstein
My crush with eyeliner
I am smitten
I'm the real thing (I'm the real thing)
Won't you be my valentine?
My crush with eyeliner

miércoles, 12 de enero de 2011

Laia

Recuerdo bien aquella gran ventana y sobre todo el mar y su brisa que entraba en la habitación rodeándonos con calidez. Ella siempre iba ligera de ropas, su pelo liso y castaño nunca estaba quieto. En una ocasión creo que me dijo que su nombre era Laia, no estoy seguro de haberlo escuchado, pero así lo adopté. Laia. Casi siempre estaba en esa pequeña habitación que daba al mar, esperándome, para amarme. La mejor parte era que ahí dentro éramos nosotros y nada más, el mundo parecía desaparecer. Recuerdo que pasábamos noches enteras hablando de castillos, princesas, montañas, la forma de las estrellas, las olas, las distancias y más. El calor del roce de los cuerpos hacía que las imágenes se mezclaran y que ninguna forma estuviere separada de otra. Ella era tan hermosa y me trataba tan bien, que cada día al llegar la noche demoraba en poder alcanzar el sueño, atormentado por la inaudita ansiedad de volver a yacer junto a ella. Y así fue que me enamoré perdidamente de ella.
Es curioso pensar hoy, como funcionaba mi ser en aquellos días. Me despertaba por el sonido del despertador, me bañaba rápido pensando en Laia y salía corriendo para llegar al trabajo en hora (pocas veces logré mi cometido). Trabajaba como corredor de seguros, era un trabajo de oficina aburrido, pero pagaban bien y no me exigían al máximo. Salía caída la tarde y como un acto reflejo ya empezaba a sentirme inundado por su esencia. También a esa hora recibía algún sms de Patricia preguntándome si quería comer en su casa o salir a tomar algo en la ciudad. Su mayor tema de preocupación en esos días eran mis poemas.
-¿Estas seguro que no estás saliendo con otra?
-Te lo juro, mi amor. Vos sabés que del trabajo a mi casa o a la tuya. Además estando contigo no necesito nada más- le decía mientras ella estudiaba mi rostro.
-Pero- comenzaba a hablar algo resignada y triste- antes le escribías cosas a mis ojos celestes y a mi sonrisa y a no sé que más. Ahora solo escribes cosas sobre el mar, las estrellas y a una mujer que estoy segura que no soy yo.
-¿Por qué pensás que no sos vos?
-No sé, además siempre estás en otra parte.
-Si estoy siempre contigo.
-No. Yo sé que algo pasa- sentenciaba.
Entonces la discusión se tornaba espesa para mí. Agarraba mis cosas y la dejaba. En realidad poco importaba más que estar con Laia. De camino a casa miraba las flores, pensaba versos, miraba las tiendas de ropa e imaginaba como las prendas le quedarían a ella. Pero nunca estos “presentes” llegaban a sus manos. De todas formas siempre estaba contenta de verme.