martes, 23 de noviembre de 2010

Ничто

Ничто́ — категория, фиксирующая отсутствие, небытие определённой сущности, или отсутствие, отрицание бытия вообще, активное начало негации, негативности вообще.

Nadie
- Te entiendo perfectamente, cuando me hablaron sobre el tema quedé estupefacto. Todo ese tiempo esperando, ¿y para que?. Ese eterno debate, esa estupidez transformada en sabiduría.

Número 0
- Muchachos, perdonen que me meta, pero creo que os estáis metiendo en un problemón, joe. Pos vamos a ver... Ничто́, me consta, no tiene un ápice de estupidez; ahora, debo reconocer que no se hace mucha justicia a sí mismo dejándose dicho nombre. Podría verse hasta como un acto heróico y romántico el decidirse a plantearse como no ser en lugar de como entidad importante ¿no, chavales?. Pero bueno, no entraré en terrenos que no comprendo. Sólo, reitero, las calificaciones vertidas son absurdas y Ничто́ merece todo mi respeto o, mejor, ninguno en absoluto. Y el terreno es escabroso. Por favor, respondan pero no intenten dividirme. Un abrazo redondo.

Nadie
- Ni mucho menos. Solo buscaba, a mi entender, la raiz cuadrada ¿o sería cúbica? En realidad es lo mismo, la verdad es que llevo una vida buscando una de esa forma y no logro encontrarla. Numero 0 el que intenta dividirte es tu primo, me lo han dicho personas sin confianza. Ничто no para de gesticular, creo que intenta entrar en razón o tal vez explicarnos su verdad. Si fuera todo un tema de nombres, el terreno sería como la gelatina, como el calamar en su salsa, como la hormiga en el watercloo. La simple insignia de no querer complicarse. ¿no?

Platón-
Érase una vez Sócrates, a quien cedí la palabra en todas mis obras debido en parte a mi cobardía y en parte a mi convencimiento de que, a pesar de que todas mis teorías eran absurdas, necesitaba alguien capaz de refutarlas (que ni yo mismo)... así que al viejo con el fardo... total, no hacía más que preguntar. ¿Retórica?. No. De veras no sabía. Iba ahora a contar una anécdota pero... mejor callo. En fin, ¿en qué estábamos? Ah... Nadie debatía con Número 0... ¿y por qué habría de empezar yo a hacerlo?, ¡¡¡Calamaro me llamó con la excusa de que me iba a hacer una canción!!!. Pero seguiré atentamente el debate, a ver si en una de ésas puedo meterlo en alguno de mis diálogos y deslumbrar a la gente con algo que no sea Sócrates, no sea mío, y, a la vez, sea cierto... ¡Ea!, ¡Vieja!, ¡Traed a la lacedemonia que siento unas cosquillitas que ni a la hora de escribir La República!... creo que hoy le declaro la guerra a la espartanita.

Nadie
- Unos saltan la cuerda, otros obstáculos, algunos saltaban una escoba el dia de su casamiento, pero parece ser que hoy se salta con cualquiera. Cualquiera, única forma de conocimiento. Anhelo tener y amar una mujer llamada Cualquiera. "Cualquiera", que bello nombre, que bien suena. Tal manto invisible de calor. Una sirena que espera en el umbral. Hermosa, negra y hermosa ave. Pero todo parece morir con lentitud, una flor que se ahoga en whisky, el simple olor del mar. Tal vez un avión, o la pulcritud espantosa. Ahora sé que tu nombre no era "Cualquiera" y eso me llena de tristeza, trastabilla el corazón. Andá a cagar.

[A continuación, se produce una respuesta múltiple a nadie, lo que, esperamos, logre generar un debate decente y civilizado. Ardua tarea es para nosotros, editores y moderadores del debate, poner un poco de orden.]

Platón- Lo haré. Pero es menester precisar que cagar es una necesidad, no un placer. Recordemos que el verdadero placer se encuentra en aquello inmutable que tiene su parte más bella en lo justo y lo bueno. Si lo que quieres es cosa cualquiera, bien haces en lamentarte por haberte topado con su contrario. Pero con respecto a lo que dices, ¿lo dices?.

Peter Capusotto- No, insulso griego oligárquico de mierda. Está hablando del fasooooo.

Un transeúnte- Cualquiera diría que esto es absurdo.

Astrud Dutras- Creo que es evidente que nadie se ha referido a una mujer.

Nadie- Creo que Astrud tiene razón. Ahora solo soy un misántropo herido, que ni siquiera busca redención. Recuerdo bien las palabras de mi mejor amigo Ninguno: "uno solo puede cambiar el mundo". Ninguno era un luchador implacable, un filántropo de esos que ya no quedan en este mundo. A veces extraño sus consejos. Peter: creo que ya eso que haces, lo haces para vender y no para generar lo que generabas, Ninguno estaría desilucionado. En fin, todo se resume a patadas y a rosas. Son tus pétalos las caricias, tus patadas los moretones. No te mandaré a cagar más. Se libre, vuela.

Astrud Dutras- Ahh... Sólo espero que la conversación no se vuelva demasiado romántica. Pues, en ese caso, me retiraré. Sin embargo, me han interesado los conceptos de Nadie y me interesaría conocer al menos una puntita de esa historia que devino en herida. Me interesa pues no creo que ninguna cualquiera o no cualquiera tenga la capacidad de causar una herida de esa índole, esa apatía opaca, angustia universal de todos los tiempos (seguramente uno de los pocos rasgos en común de toda civilización o grupo a lo largo de la historia, tanto como la sed o la lucha de clases). Tengo que confesar que no creo en el amor. Lo dicho. No creo que exista más que erotismo novelesco, y supongo que éste sería uno de sus sinónimos. Pero también debo confesar que sí creo en la existencia real de una soledad que nunca encontramos cuando nos lanzamos en su búsqueda pero que nos atropella con un celo terrible y obstinado cuando menos la deseamos y esperamos. Puede que la soledad cumpla realmente con los mitos atribuidos a la mujer ideal, inexistente y caprichosa. La soledad te vuelve loco si así lo desea; te domina completamente y te das cuenta demasiado tarde; te ofrece un mundo idílico que luego no sólo niega, sino que desvanece ante el real de una forma increíblemente obscena. En todo caso, puede pasar de ser un escondite pasajero a constituir una celda de 2 x 2 caminada una y otra vez por un tipo sobreexitado que no encuentra sosiego hasta que deja de buscarlo, y muchas veces este escondite miente, y no es más que un zambullido a las tinieblas desde lo más alto del Olimpo de la cocaína, con Afrodita coqueteando con el dios de los infiernos y las musas huyendo a las antípodas, lejos de esta tristeza-de-la-nada, tan ajena a sus naturalezas melancólicas, si entendemos melancolía como la alegría provechosa de estar tristes. Pero nada de eso. La tristeza-de-la-nada nunca puede ser deseable por nadie que no pretenda sencillamente suicidarse sin hacerse cargo de su propia hoja de afeitar, o dejar de existir pero manteniendo todos sus órganos en vida. Pero, vamos, espero que esta digresión de tipo torrente de pensamiento surrealista no sea obstáculo para que continúes tu comentario, sin ninguna duda, mucho más sincero que éste.

Nadie-No, ni mucho menos, ni muy muy ni tan tan. Nunca podría esto tornarse romántico, tal vez si algo solitario, pero no romántico. Si hablo de perfumes y sirenas, me refiero a el oxigeno que mi cuerpo respiraba antaño, a los dolores de las patadas, a las luchas de palabras obstruídas por la perfidia de esta miserable realidad. "No me llames Dolores, llámame Lola" decía una canción. A veces todo se resume en eso: una Lola. Dos, tres, cuatro. Es todo lo mismo, no es por ser nihilista, tampoco me alcanza eso. Como lo dijo Socratés y lo confirmó Platón: "Por más que uno la sacuda, la última gota, siempre queda, en el pantalón". Si de verdades hablamos, que gran verdad esta. Solamente Ninguno se salvaba de este poético hecho, bueno, eso decía el.
Astrud, quería comentarte que sigo esperando que venga Ruperto y que opine, pero Ruperto debe estar investigando algún asesinato. ¿Ruperto estás ahi?

Platón- Gran verdad, estimado. Fundamento subyacente de la filosofía aristotélica, creo. Pero nunca lo reconocerá Aristóteles.

Aristóteles- Falacia. Lo reconozco como a mi hijo bastardo. Yo a eso le agregué aquello otro: " siempre queda en el pantalón, y rara vez desaparece completamente".

Galileo- ¡Pero se mueve!

Astrud- Galileo, no seas guarango. Nadie, ¿podrías al menos sazonar este debate con la gota penúltima?. Por mi parte, le cedo la palabra y la copa a Ruperto o a Ninguno.